martes, 27 de octubre de 2009

Realiza un análisis critico del caso(reflexión) en una cuartilla a mano y contesta las siguientes preguntas:

¿Cál es el problema? ¿Aquién quiere que responsabilicen? ¿Porqué quiere que la operen? ¿Qué arias tu en su lugar? ¿Cómo crees que sea su autoestima y porqué?


Teresa Ibáñez pesa 160 kilos por un problema hormonal

Una joven de 30 años de edad, que pesa más de 160 kilos y que sufre obesidad mórbida, denunció el miércoles que tras dos años y medio aún no ha conseguido que ningún especialista le opere para realizarle una reducción de estómago.
Teresa, la joven denuncia que tras conseguir por fin el visto bueno del anestesista y del cardiólogo (pues sufre también problemas de corazón) para la operación el 19 de febrero de este año, de momento no la han llamado para entrar en quirófano.
Por este motivo, pidió responsabilidades a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ya que su particular lista de espera ha pasado ya el mes.
"Las listas de espera de un mes de Aguirre son mentira, yo no puedo seguir así; que me operen donde sea, en el Gregorio Marañón, en el Severo Ochoa, pero que me operen porque yo no puedo hacer mi vida, no me puedo duchar sola, me cuesta subir las escaleras, me ahogo al andar y no puedo andar más de cinco minutos, y aparte tengo una herida en la pierna que me está supurando porque la piel no da más de sí; esto cada vez se agrava más", afirmó.
Según Teresa, su problema real con el peso comenzó hace dos o tres años tras un "cambio hormonal" que le hizo coger "22 kilos de golpe".
Desde entonces ha llegado a engordar una media de 3 ó 4 kilogramos por mes, a pesar de las dietas de las que se dice "una experta" porque conoce y ha probado todas.
De médico en médico
Tras los primeros cambios, Teresa decidió ir al endocrino, quien a su vez, viendo el caso, le mandó a su médico de cabecera como conducto indispensable para ser operada.
Este la redirigió hacia un cardiólogo que tras observarla la mando hacia otro endocrino, quien tras estudiar su caso le negó la operación y la conminó a que fuera estricta con su dieta.
Ahora, dijo que tiene la sensación de que los especialistas "se tiran la pelota unos a otros", y comentó que la causa puede ser que "las operaciones éstas son caras". "Pero yo necesito una solución, no pido nada del otro mundo, pido llevar una vida normal y corriente como cualquier persona", señaló.
Un día a día complicado
Mientras llega la esperada reducción de estómago, Teresa intenta continuar con su vida. Es autónoma y trabaja en su propio establecimiento de ropa de tallas grandes en Leganés.
En cuanto a sus relaciones personales, dijo no tener ningún problema al respecto ya que sus amigas conocen el problema y la apoyan, aunque recalcó que sí están preocupadas porque cuando van juntas y ven que se ahoga no saben cómo reaccionar.
"Voy con ellas y me ahogo, me dan espasmos, me da la tos, no puedo respirar, a veces me caigo redonda sin aviso y lo malo es que me caiga en la calle y me atropelle un coche", manifestó.