miércoles, 9 de septiembre de 2009

RELACIÓN HOMBRE-NATURALEZA
El comportamiento necio de los hombres frente a la naturaleza condiciona su comportamiento cerrado entre sí. Karl Marx

La relación hombre-naturaleza en su acepción más amplia puede ser considerada corno la forma en que ambos coexisten en la realidad de manera objetiva y en cuyo establecimiento desempeña en última instancia un papel esencial el proceso de producción y reproducción de la vida material humana. No existe un medio ambiente natural independiente del hombre: la naturaleza sufre siempre su acción transformadora y a su vez lo afecta y determina en un proceso dialéctico de acciones e interacciones.
La historia del hombre ha sido la búsqueda constante de instrumentos y formas de establecer relaciones con la naturaleza y, a través de este proceso histórico, la ha venido utilizando y adaptando a sus necesidades. Esta modificación permanente de la naturaleza al mismo tiem­po ha afectado al hombre, originando cambios en sus condiciones de vida y en las relaciones con sus semejantes.
En este proceso de influencias recíprocas, la relación hombre-naturaleza se da en grupo so­cial, debido a que parte de un determinado sistema social, en un medio ambiente específico, obteniéndose que la relación del hombre con la naturaleza y la transformación que se deriva de esta relación sea un fenómeno social. Por lo tanto, no existe una ruptura entre sociedad y naturaleza (sistemas sociales y sistema natural), siendo concebidas de manera holística, como dos subsistemas interrelacionados, integrados a un sistema mayor.
El hombre se mueve en un complejo o red general, donde por un lado están los fenómenos físicos, geofísicos, biológicos, químicos, entre otros, que moldean una realidad ambiental y su dinámica es la de los fenómenos naturales y, por otro lado, la presencia de la actividad humana que concreta la realidad social que se difunde al medio natural.
A través del tiempo, la acción del hombre sobre los procesos naturales se ha ido materiali­zando en lo que podríamos llamar un medio ambiente construido, que incorpora al medio am­biente natural. La relación sociedad-naturaleza no tiene sentido único; es un proceso recípro­co y cambiante, donde el hombre con su intervención sobre el medio ambiente y las conse­cuencias que de ello se derivan no son hechos o fenómenos aislados, porque transcurren de manera temporal pero continua.
La realidad social y la acción humana van modificando la naturaleza a un ritmo determinado de formación y maduración previa a su exposición vista. Marx, en El Capital, reconoce "El trabajo como proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en el que el hombre, me­diante sus propias acciones, media, regula y controla el metabolismo entre él y la naturale­za". Aquí se establece una relación recíproca entre ambos elementos.
Entre los sistemas sociales y el medio natural existe la tecnología que cada vez en mayor me­dida es utilizada por el grupo social para obtener los bienes que requiere para satisfacer sus necesidades. Donde las necesidades cambian de acuerdo con su cultura, estructura económi­ca, políticas del sistema social y de su proceso de desarrollo, dándose una creciente trans­formación y una complejidad creciente en las necesidades sociales que requieren ser satisfechas por un proceso productivo más sofisticado. Con ello, la relación sociedad-medio ambien­te se torna más enredada e interdependiente.
La gran complejidad de las relaciones medio ambiente-sociedad se manifiesta verdaderamen­te en diferentes formas de producción y en una malla cada vez más estrecha de relaciones entre ellas, en esta manifestación de relaciones generan sus propias organizaciones de pro­ducción, creando sus estrategias de desarrollo y procesos de gestión del medio ambiente.
Todo proyecto de desarrollo que proponga y oriente la actividad económica y social hacia de­terminados objetivos, ignorando el contexto ambiental del sistema social, tarde o temprano llevará a un proceso de deterioro del medio natural que, en un largo plazo, malogrará el logro de los objetivos socioeconómicos. Por lo tanto las razones de orden

ambiental no pueden ser ignoradas sin el peligro de que el proceso de desarrollo se vea comprometido. Así mismo, una idea estrictamente ecologista o ambientalista, que tenga preocupación del sistema social y sus conflictos en término de poder, sus desigualdades y desequilibrios, ocasionará también un deterioro del medio ambiente, al no considerar los factores causales de orden social y económico que den origen a este deterioro y al aplicar criterios de racionalidad eco lógica ajenos muchas veces a los objetivos sociales. Así, la sociedad ostentosa explotara al máximo el medio ambiente para satisfacer necesidades lujosas o superfluas, mientras que los más ne­cesitados lo deterioran con el afán de abastecerse para subsistir.
Los objetivos de desarrollo económico y social deben sustentarse en el manejo adecuado del medio al explotar sus recursos con racionalidad económica-social y ambiental, para lograr los objetivos de desarrollo a largo plazo (implica la necesidad de un proceso armonioso con el medio ambiente sin sacrificar sus objetivos sociales primordiales).

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